¿Cuántos de ustedes ha llegado a
casa hablando por teléfono con vuestros compañeros, jefe o superior? ¿Cuántos
de ustedes tiene un grupo de Whats app del trabajo en el que solo se habla de
trabajo tras el trabajo? ¿Cuántos de ustedes recibe correos electrónicos del
trabajo tras la jornada laboral?
Seguro todos respondéis “yo” a
alguna de estas cuestiones.
Con la expansión del teléfono
móvil, su uso general y obligatorio y la llegada de aplicaciones para la
comunicación fácil, barata e instantánea, se ha abusado, en mi opinión, de la
disponibilidad horaria de los trabajadores, ya que, aunque hayan acabado su
jornada laboral, se hace uso de su conexión para arreglar, preguntar, abordar o
preparar algún tema para el día siguiente.
Este abuso e intromisión en el
descanso del trabajador ha significado un daño para la conciliación vida
laboral-vida familiar, para el ocio y para su propio descanso y desconexión.
Es difícil que cualquier persona
deje de estar conectado o “en línea” tras su jornada laboral y ahí llega el
abuso. “Si tiene tiempo para estar conectado, lo tiene para preparar un informe
para mañana, o para cambiar la ruta comercial, etc”
Hasta aquí todos entendemos el
problema que significa no saber separar las horas de descanso del trabajador de
la jornada laboral. El quid de la cuestión es que ha sido difícil luchar contra
esta práctica que todos hemos usado alguna vez. Es difícil decirle al jefe que
te deje desconectar unas horas al día, sobre todo cuando estas conectado y
estás tirado en el sofá viendo la tele o no haciendo absolutamente nada. Nos hemos
olvidado de que las horas de descanso personal son para eso mismo, y para no
estar disponible para todo. Pero claro, si nos dan indicaciones de algo del
trabajo a través de una pantalla móvil tras la jornada laboral porque apareces
conectado, pues te pones hacerlo, lo entiendo.
Y esto es lo que han decidido
regular en Francia de forma legal, acordar unos horarios para el fin de
mensajería instantánea, correos electrónicos entre otros. No es que sea una
respuesta pionera a este problema, ya en algunas partes de Cataluña se hacía y
la Volkswagen en Alemania también había
implantado un sistema similar. Pero ha sido el gobierno francés el que ha
plantado cara al problema para poner una especie de solución conveniente según las
empresas. Espero que esta iniciativa francesa sirva como ejemplo al resto de
países y se empiece a regular legalmente esta práctica que impide el descanso
absoluto del trabajador.
Desde que salió el pasado mes de enero
la reforma laboral en Francia, éste es el tema más comentado por todos los
europeos y por todos los españoles. Una medida que puede ser acertada o no tan
acertada según el trabajo y que, desde luego,
pretende dar descanso real a los trabajadores en sus horas libres. El
país vecino ha puesto un “pre-molde” que otros poco a poco irán amoldando a las
necesidades de cada país.
Lo que nos queda claro es que es
una situación que había que abordar y regular de forma legal.
Para las empresas puede ser un
retroceso, ya que tienen lo que antes no tenían de los empleados:
disponibilidad absoluta las 24 horas del día. Lo que sí queda claro es que para
bien o para mal, la polémica está servida.
Hasta el próximo miércoles ;)
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